Total que el jueves fuimos al colegio, lo matriculamos, pagamos la comida, los materiales y los paseos y conocimos al tutor, que es como el profesor guia. Se llama Toni y es un muchacho joven muy simpático. Cuando digo joven quiero decir que está en sus treinta...
La secretaria del colegio (que por supuesto se llama Nuria como el 80% de las mujeres catalanas) nos atendió muy bien y tenía la información de Manuel a mano (sigo sorprendiéndome). Lo que no me sorprendió fue que nos empezara a pedir documentación que nadie nos había dicho que necesitábamos, como un certificado de convivencia que emite el Ayuntamiento. Pero fue tan amable como para dejarnos matricularlo a pesar de los documentos que faltaban.
Entonces nos preguntó que cuándo queríamos que empezara y nosotros le preguntamos a Manuel. Y él dijo "mañana", o sea el viernes. Luego nos preguntó si iba a almorzar y a quedarse todo el día y nosotros volvimos a preguntarle a Manuel y él dijo "si".
Y aquí viene la explicación del título de esta entrega, y es que aquí el colegio es hasta las 5pm y la comida es del comedor del colegio. Querer empezar inmediatamente, y estar dispuesto a quedarse todo el día, así sin anestesia, me pareció admirable (claro, prefiero no pensar que puede ser simplemente que Manuel está harto de nosotros y de andar para arriba y para abajo con sus padres caminando todo el día). La secretaria se mostró sorprendida, y algunos familiares pensaron que era muy fuerte para él, pero nosotros respetamos su decisión y lo llevamos al día siguiente.
Iba todo emocionado, pero yo podía ver que también estaba un poquito aprensivo. Cuando entramos y se unió al grupo de su salón inmediatamente lo rodearon los demás niños. Y ahí si que puso carita de angustia. Nos fuimos con el corazón arrugao.

Que orgullosa me siento de mi hijo, carajo!
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